Un ejemplo de la riqueza del castellano es el número de acepciones de una simple palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada, que hace referencia a los atributos masculinos: cojones.
Si va acompañado de un numeral tiene significados distintos, según el número utilizado. Así:
- Uno significa caro o costoso: Valía un cojón.
- Dos significa valentía: Tiene dos cojones.
- Tres significa desprecio: Me importa tres cojones.
- Un número muy grande y par significa dificultad: Lograrlo me costó mil pares de cojones.
El verbo cambia el significado:
- "Tener" indica valentía: Aquella persona tiene cojones.
- Aunque si es con admiración puede indicar sorpresa: ¡Tiene cojones!!
- "Poner" expresa un reto, especialmente si se pone en algunos lugares: ¡Puso los cojones encima de la mesa!
- Se los utiliza para apostar: ¡Me corto los cojones si consigues!
- O para amenazar: ¡Te voy a cortar los cojones!
El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase. Así:
- El presente indica molestia o hastío: ¡Me toca los cojones!
- El reflexivo significa vagancia: ¡Ese se toca los cojones!
- El imperativo significa sorpresa: ¡Tócate los cojones¡
Los prefijos y sufijos modulan su significado:
- "A" expresa miedo: Estoy acojonado.
- "Des" significa reírse: Me descojono de la risa.
- "Udo" indica perfección: Soy un tío cojonudo.
- Pero "azo" se refiere a la indolencia o abulia: ¡Ese tío es un cojonazos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario