viernes, 23 de julio de 2010

Una valiente mambera

Detrás de la hermosa mujer que sube al escenario para bailar, cantar y reír, hay un ser humano que una vez quiso morir, pero retomó fuerzas y venció el cáncer. Esa es Juliana
Escrito por: Miguelina Terrero (miguelinaterrero@hotmail.com)
Detrás de la dueña de un buen mambo, hay una  mujer llamada popularmente Juliana, que, definida por la gente que la trata fuera del escenario tiene una gran sensibilidad, es excelente amiga, tiene el valor de levantarse ante las más duras caídas y está consciente de que, fuera de la fama, hay que sacar tiempo para ayudar a quienes lo necesitan de manera desinteresada.
En una de las más conmovedoras entrevistas que se le haya podido hacer,  para el programa “Miralba muy personal”, por Teleantillas, canal2, la mambera  dejó salir sus lágrimas, al ver las fotos mostradas en cámara, del tiempo en que se le cayó el pelo luego de recibir terapia para combatir el cáncer que la afectaba. Las imágenes la mostraron tirada sobre una cama, con poco pelo en la cabeza y una cara triste. En contraste con la chica alegre de hoy, que sube al escenario y despierta la alegría de todos con sus movidos temas. “Todavía me pregunto qué pude haber hecho para que me diera eso”, dijo a Miralba Ruiz en la entrega del programa. Contó que apenas tenía 11 años cuando se bañó en un aguacero y al otro día se sintió mal. Después tenía impedimento para respirar. Uno de los resultados dejo ver a un lado del cuerpo una sombra blanca, que luego de una biopsia, reveló que era cáncer.
Dice que fue muy duro entender que se le iba a caer el pelo, por momentos prefería morirse, pero retomó fuerzas y no dejó de ir a la escuela, aprendió a ponerse pelucas. “Recibí terapia a los 11 años, con el tiempo se me quemaron las venas totalmente y luego recibí radioterapia. Hoy tengo todavía el tumor, pero está inactivo y estoy bien”.
Buen recuerdo
De todo el doloroso proceso que conllevó eliminar el cáncer que la afectó,  le quedó una cicatriz en el cuello que antes luchó por borrar. Ahora, está convencida de que debe dejarla como una maravillosa huella de lo que Dios ha hecho con ella.

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