Diego prácticamente olvidó el ruso, su lengua materna, pero mantiene el deseo de volver a Rusia y abandonar los refugios infantiles temporales de República Dominicana, donde ha vivido desde que su familia adoptiva lo abandonó.
"Es una situación muy compleja" porque Diego, de 12 años, llegó muy pequeño a República Dominicana, "y no sabemos si tiene familia biológica" en Rusia, dijo a la AP Aly Peña, directora jurídica del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani). leer mas
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